Sanación física: sanación profunda, especialmente  asociada con la zona inferior del abdomen, el ciclo, el útero y los ovarios, así como con los cambios físicos asociados con los cambios hormonales.

Sanación mental y emocional: te ayuda a dejar el pasado y liberarte de emociones, tensiones y patrones antiguos, lo cual favorece la sanación del cuerpo. También puede ayudarte a amar y aceptar más tu feminidad, a conocer tu propósito en la vida y a crear una vida mejor.

Equilibrio y armonía del ciclo: puede ayudarte a equilibrar tu ciclo menstrual y armonizar las expresiones emocional y mental de sus energías y arquetipos en cada fase.

Gozo y felicidad: despojarte de la culpa y las restricciones que cargas, a adquirir una sensación de valía y libertad y a desarrollar una conexión y una orientación espirituales.

Paz y restablecimiento: te aporta un refugio de paz del estresante mundo masculino y te otorga una restauración de tu feminidad y un reencuentro interno.

Reposición de las energías creativas y sexuales: sana nuestro vínculo con la Madre Tierra, a menudo roto por el ritmo agitado de la vida moderna, de modo que puedan reponerse naturalmente las energías creativas y sexuales del centro energético del útero.

Vitalidad: carga de energía el centro energético del útero - que suele desvitalizarse con regularidad- y hace que te sientas revitalizada, centrada y completa.

Sacralidad de tu cuerpo: conexión profunda con la luz de la luna, lo cual te permite cobrar mayor conciencia de la expresión de la Feminidad Sagrada a través de tu cuerpo, tus ciclos y los ciclos de la luna y el universo.

Empoderamiento: despierta la confianza en tí misma y la fuerza interior, lo cual te empodera y te impulsa a desarrollar tu feminidad.